Este trabajo analiza por primera vez la norteamericanización en una nación latinoamericana desde una perspectiva histórica capaz de interpretarla como un proceso de encuentros reales y simbólicos con Estados Unidos. Tal como se deja entrever, la experiencia no condujo a una homogeinización cultural de Chile ni tampoco al establecimiento de una “cultura superior”. Se ilumina desde diversas perspectivas los encuentros chilenos con Estados Unidos ante el trasfondo de entrelazamientos transnacionales y de la nueva globalización en el siglo xx. Las asimétricas relaciones de poder en el plano económico y político representan un papel tan importante, como la percepción y recepción de ofertas de consumo, cine, música o deporte de influencia estadounidense. Se muestra cómo estos procesos afectaron reformas sociales y proyectos nacionales en Chile. El estudio enseña múltiples aspectos que permiten compararse con discursos y prácticas de la norteamericanización en otras partes de Latinoamérica y en otras regiones del mundo.