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Entrevista a la doctora Teresa Carbó Pérez

19 de noviembre de 2010

por Lorena P. López Torres

Durante los días 8, 9 y 12 de noviembre de 2010, la prof. Teresa Carbó, invetigadora del CIESAS de México dictó en el marco del programa de doctorado Entre Espacios, el Seminario titulado “On the Analysis of Verbal and Visual Texts. Concepts and Research Practices”. Tras finalizar el seminario conversamos con la docente acerca de su labor como profesora, los alcances de su más reciente investigación, sus próximos planes y su impresión acerca del grupo de estudiantes con los que compartió en los últimos días.

L.L.: Profesora, ¿podría contarnos un poco de su línea de investigación –análisis del discurso- y cómo está llevando a cabo sus investigaciones en México?

T.C.: Sí, muchas gracias. En la forma de análisis del discurso que yo practico y promuevo entre estudiantes y jóvenes universitarios se combinan dos vertientes científicas y metodológicas; por un lado la lingüística -que cubre el campo de lo verbal, de los fenómenos comunicativos y de la producción y circulación de sentido en general- y por el otro lado, el campo de lo social-histórico que permite establecer el contexto histórico, el marco sociocultural y político en donde se producen las diferentes intervenciones discursivas. De ese modo fue que una investigación grande que hice en México sobre el desempeño discursivo de los diputados, es decir, del poder legislativo en México, permitió alcanzar resultados de interés en el campo de la lengua, pero también de interés y de valor en el campo de la interpretación de los fenómenos sociopolíticos. Específicamente en este caso, mi estudio permitió entender cómo un conjunto de operaciones discursivas realizadas por parte de los legisladores, contribuían a la reproducción formalmente legítima -jurídicamente legítima- del régimen político vigente en México después del ciclo revolucionario, que fue un régimen de marcado poder presidencial, pero así mismo de marcada estabilidad política. Ese es el estilo de análisis del discurso que yo practico.

L.L.: Según una natural evolución en su línea de trabajo recientemente se encuentra analizando textos visuales ¿Podría contarnos de qué manera surgió esta inquietud o inclinación en sus últimos estudios?

T.C.: Esto surgió… fue un camino un poco natural. Partiendo como lo hago -y como lo he hecho en análisis del discurso verbal- del postulado de que los fenómenos de significación están siempre insertos en un marco de materialidad histórica y política tuve ocasión de comprender que los procesos de construcción de mensajes significativos por ejemplo, en el campo de lo político no solamente descansaba sobre recursos del discurso verbal, sino que en el mundo de hoy, y quizás no sólo en el mundo de hoy, sino que quizás hace mucho más tiempo del que tenemos conciencia, la gestión política, económica, cultural, en fin lo que pudiera englobarse bajo el concepto de una producción ideológica, descansaba fuertemente también sobre textos visuales. En realidad no sólo sobre textos visuales, sino que las formas contemporáneas de hoy en día del discurso político, incluyen casi por necesidad ambas dimensiones. Entonces pues, comencé a interesarme en ese proceso y así fue como las dos publicaciones más recientes que he traído para que ustedes los estudiantes tuvieran como lectura, cubren por un lado, un viejo tema mío de trabajo, que es el desempeño público de la figura del presidente y por el otro, discurso periodístico en el marco de la emergencia sanitaria que significo la influenza de 2009.

L.L.: ¿Cuáles son sus próximos proyectos en México ahora que está a punto de regresar? ¿Tiene pensada una nueva visita al LAI?

T.C.: Sí, sí, sí… voy a volver al LAI el próximo año en el marco de la Escuela de Verano que está convocada para el Colegio de Graduados “Entre Espacios”. En este momento en México no tengo entre manos un proyecto nuevo, aunque en cierto modo sí lo es. Lo que estoy haciendo por recomendación de las autoridades de mi centro es poner en conjunto una serie bastante, una selección, pero aún así una serie bastante extensa de trabajos míos que han aparecido en distintas revistas y libros y en fin, en una pauta de publicación dispersa. Y entonces estoy poniéndolos en común, lo cual me está permitiendo observar y reconstruir mi propia trayectoria.

L.L.: ¿Qué le han parecido los proyectos de los estudiantes? Se lo pregunto esto pensando en el carácter interdisciplinario de “Entre Espacios” ¿Cree que el trabajo investigativo que cada uno está elaborando responde a esta mixtura de disciplinas?

T.C.: Sí, creo que en general todos los proyectos se inscriben en este campo de intereses interdisciplinarios. Quizás no todos están todavía logrando verdaderamente producir conocimiento científico, es decir, conocimiento descriptivo, original, novedoso, sobre los distintos campos disciplinarios que los respectivos proyectos tocan. Sin embargo, lo que si veo puesto en juego es una curiosidad múltiple que me parece una señal maravillosa, verdaderamente de los nuevos tiempos en investigación. Yo celebro que los distintos proyectos con los que he estado en contacto en estas dos semanas aquí en el instituto, muestren bastante indiferencia hacia las fronteras disciplinarias que, pues eso es, ha sido, una de las metas de este colegio y está señalado pues por su nombre mismo de “Entre Espacios”. Los entre espacios -interpreto yo- no son nada más los campos disciplinarios sino también son sobre los objetos de investigación nuevos y complejos que los estudiantes están planteando en este momento. Quisiera añadir que encuentro que muchos de los temas son, al menos para personas de mi generación, son temas de bastante audacia, complejidad y en algunos casos me atrevería a decir muy duros emocionalmente, muy duros. Están temas de migración, de prostitución, de… bueno, de iniciativas agrícolas, con poco dinero en el campo mexicano. Es decir, apareció -o creo percibir- que los estudiantes de este Colegio tienen una fortaleza anímica e inclusive emocional muy destacada.

L.L.: ¿Qué le parece la dinámica del tipo de iniciativas -seminarios o talleres- en cuanto a la relación profesor-estudiante que se establece en ellas? 

T.C.: En esta experiencia docente me he dado cuenta de que existen aquí, por lo menos en el Instituto probablemente quizás en toda Alemania, distinciones muy sutiles entre los diferentes regímenes de encuentro académico y que un seminario, que es lo que yo propuse dar desde México, se parece en cierto modo a un curso e implica que el profesor debe impartir las clases y los estudiantes pues deben seguirlas; y que un taller o workshop implica mucho más trabajo por parte de los estudiantes. Personalmente no creo demasiado en esas distinciones y pienso que en general la dinámica docente debe siempre ser una en la cual los estudiantes lean los materiales asignados, puesto que finalmente los estudiantes necesitan ser formados y hasta con una palabra antigua diría necesitan ser instruidos, en diferentes avances teóricos y metodológicos al día de hoy, pero además yo espero siempre de mis estudiantes una participación activa en las sesiones de trabajo con bastante independencia del nombre que se le dé al tipo de encuentro. Y por lo de más el seminario que se sostiene en el Colegio de Graduados “Entre Espacios” en el que tuve ocasión de ir a dos sesiones los martes en la tarde, me parece excelente; me parece magnífico que se reúnan todos los profesores y todos los estudiantes y que quien presenta los avances de su proyecto pueda recibir comentarios, sugerencias, también críticas, y advertencias, recomendaciones desde los distintos campos en donde se desempeñan los distintos profesores. Me parece muy bien.

L.L.: Luego de la positiva respuesta que ha tenido su seminario entre los estudiantes de Entre Espacios ¿quisiera darles algún consejo a los jóvenes investigadores con los que compartió estos días?

T.C.: Creo percibir que la principal preocupación de los estudiantes de postgrado se ubica en el campo de la metodología de análisis, es decir, encuentro que no creen -y subrayo creen- no creen tener suficientes herramientas propias como para hacer análisis de su objeto de estudio, un análisis que sea legítimo y que pueda sostenerse y defenderse públicamente. En esa actitud creo que se equivocan, creo que tendrían –y eso fue un poco lo que procuré hacer en el transcurso del seminario- creo que podrían sentir más confianza en las capacidades, en las habilidades que su propia curiosidad y rigor científico les sugiere. Yo estoy bastante seriamente convencida que las metodologías así dichas o vistas así flotando en un espacio no existen o si existen no sirven. Creo que los métodos deben siempre ajustarse al tipo de objeto, siempre complejo, desde luego, que la investigación en archivo o en campo les proporciona. En ese sentido sí procuré en el seminario trabajar sobre las distintas fases de construcción de un objeto de estudio, del objeto de investigación al que llamo corpus. En sentido estricto ese es, pero proviene de una acumulación de materiales de la misma índole que teorizo como acervo, el cual a su vez ha sido extraído de fuentes o repositorios que la previa investigación documental que cada uno de los estudiantes hace o debe hacer en su investigación, les ha señalado. Y la única así recomendación sintética que repetiría, porque la dije con bastante insistencia en esto días, es que casi cualquier decisión metodológica pueda tomarse, en el marco de un proyecto de investigación, a condición de que sea una decisión reflexionada ampliamente, reflexionada, probada, cuidada que pueda explicitarse. Eso es en esencia yo creo, la base del discurso científico, la capacidad de comunicación hacia pares, o más que pares hacia maestros, de modo que los procesos de trabajos seguidos puedan ser verificados por otro lector. Entonces, cualquier decisión puede tomarse a condición de que pueda hacerse explicita y ser comunicada de manera pues clara, comprensible, lógica; y la segunda condición que es también ineludible, es la de que estas decisiones de trabajo sean sistemáticas, es decir, una vez que se tomaron pienso, -más bien no pienso- estoy convencida, deben sostenerse de manera completamente regular. Esto yo creo que puede llevar a buen puerto a muchas investigaciones cuyos jóvenes autores creo, sufren más de lo necesario.

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