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La participación: Transcripción

S. S. – ¿Lo público y lo privado todavía te parecen categorías operables para analizar los ámbitos de acción de las mujeres, y si no, qué categorías podrían reemplazarlos?

T. B. – Yo creo que lo público y lo privado son espacios de interacción. Lo considero así. Son espacios de interacción en el que las normatividades son diferentes. Ahora, no es sólo lo público y lo privado, habría que distinguir varios espacios más que lo público y lo privado, o distintos espacios dentro de lo público y dentro de lo privado, porque una cosa es lo público-político, lo público-estatal, y otra cosa es lo público-social al nivel de los movimientos sociales, la participación en grupos de interés, que también es público, que no es estrictamente privado. Del mismo modo, tú tienes que distinguir lo privado como expresión de los derechos y responsabilidades individuales de lo doméstico, que es un espacio de interacción y de responsabilidades colectivas o de responsabilidad donde está el otro sujeto, con el que tú tienes que interactuar, como espacio de interacción, y que no tiene que ver exclusivamente con el espacio privado de la casa.

Mientras que lo privado como cuestión individual, como expresión individual, se puede manifestar en los diferentes espacios: en la casa, en la calle, en los espectáculos, en fin, donde sea, lo doméstico se expresa dentro de la casa, dentro de los domicilios, pero también se expresa en la calle, y se revisa en la calle.

Yo creo que la interpretación primera de las feministas fue espacio público: la calle y el espacio privado: la casa. Pero no, son espacios de interrelación social, de relación social y de normas que rigen en distintos sectores. Eso es lo que yo considero. Por eso no me gusta hablar de lo público y lo privado.


S. S. – También hablaste de la participación de las mujeres en el sistema político mexicano que por mucho tiempo fue dominado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su cultura política clientelar entre hombres. ¿Cómo les fue posible a las mujeres participar en el sistema corporativo del PRI y cómo se pudo articular una participación política afuera de los lazos corporativos del PRI?

T. B. – Lo que pasa es que el PRI es una organización vertical de grupos con un líder. Distintos grupos que tienen cada uno su líder. En estos grupos que son piramidales, en la base, hay mujeres. Esas mujeres son las que consiguen votos, las que llevan gente a las manifestaciones, a los actos, las que mueven la organización en la base.

Cada líder tiene un conjunto de mujeres en su base, según parece. Ahora bien, estas mujeres están ocupadas, y en el PRI es muy característico que la gente pasa de trabajar en el partido a trabajar en el gobierno y a trabajar en los sindicatos por ejemplo. Entonces el partido les asegura ocupación y les asegura ingreso a la gente. Y las mujeres son muy importantes para toda esta tarea de base. A medida que la mujeres van demostrando su capacidad de trabajo, dedicación, organización, inteligencia, es decir, que son útiles para quienes ejercen, para quiénes están en las cúpulas de esas pirámides, las mujeres van subiendo. Ahora, según me lo explicaban ellas mismas, algunas de ellas, suben hasta cierto nivel, hasta un nivel en el que no le hacen sombra a los varones y sobre todo al que esté al máximo de la línea de la pirámide.

¿Hasta qué nivel pueden subir? Yo creo que el techo de cristal lo tienen para los cargos de diputadas federales. Más allá de diputadas federales es muy difícil que las mujeres pasen, y las que pasan son muy excepcionales, son mujeres que están en un nivel de competencia muy alto, que han sido gobernadoras, que han sido senadoras, diligentes del Partido, que compiten con los varones y que pueden hacerle sombra importante, y son unos casos muy pequeños, muy contados con los dedos las manos: es Beatriz de Paredes, es la de Yucatán, es María de los Ángeles Moreno, Silvia Hernández.

S. S. – ¿Y la participación que se articula fuera del sistema político de los lazos del PRI?

T. B. – El PRI trata siempre de absorberlos. Ahí es más fácil para las mujeres. A pesar de todo. También sucede que las mujeres en los movimientos en las bases son muy numerosas. Cuando suben y tienen más responsabilidad, tienen más oposición de los varones. Ahora, no sabría decirte bien esto. Yo lo vi por ejemplo en los partidos. En el PRI vi eso, en el PRD era más fácil. No sé ahora qué está pasando.