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Movimientos Sociales: Transcripción

J. S. – ¿Consideras que sólo las mujeres que circulan al margen de la sociedad o que se mueven entre fronteras son las únicas que pueden luchar para ser representadas dentro del orden simbólico?

M. B. – No. Hay una cosa importantísima, y estos conceptos de Karin Kaplan, de Paul Brewer, se han trabajado mucho. Las luchas que tienen que ver con opresiones tan multivariadas como son las de género, son luchas colectivas. Tú tienes que tener a alguien en la ONU, luego tienes que tener a alguien en el “chair?? de lector en la universidad, luego, tienes que tener a alguien en otros lugares (…). Es un tejido en redes, por un lado, muy denso, por otro lado, muy liviano, muy flexible, que funciona para poder traducir, negociar, empoderar y circular las demandas que hay que hacer. El sujeto del feminismo es un sujeto colectivo que toma fuerza, y el lugar –el margen–, es muy importante. Y que la academia vaya al margen. Y que la academia desarrolle, pues es como en la física: si tú quieres oír los sonidos de las ondas, ¿cómo oyes el silencio? Tienes que desarrollar muchos conceptos, tienes que tener todo un aparato teórico, nada más para ver en qué rango estás escuchando y cuáles son los grados de desviación de lo que el otro dice, en lo que tú estás tratando de escuchar. Los que escuchan son sujetos colectivos de la resistencia y sujetos colectivos de la traducción. Si tú analizas el zapatismo vas a ver qué cantidad de organismos de traducción había. Estaban: “la cocopa??, “los compas??, Marcos. Había una gran cantidad de “sitios de la traducción??, es decir, sujetos colectivos de la resistencia, que son sujetos colectivos de la traducción, siempre. Entonces, hay que trabajar políticamente. Si pensamos en qué acción política hay que hacer ahora, por ejemplo, acciones colectivas y transnacionales: están los organismos –con los que sí es muy difícil trabajar–. Pero con estos organismos transnacionales hay que trabajar mucho, y hay que preparar muy bien las conferencias internacionales. Por ejemplo, con las mujeres muertas en Ciudad Juárez, las asesinadas, las desaparecidas, pasó que si el caso no entra en la corte interamericana, en lo supranacional, no pasa nada, pues, en cuanto empezó a entrar en la esfera supranacional, no ha pasado más en Ciudad Juárez. Por lo menos, hubo algún movimiento, y éste tuvo que ver, en este caso, con lo supranacional.

 

J. S. – Partiendo del análisis de las “estrategias femeninas?? te queremos preguntar acerca de las diferentes posiciones dentro del feminismo. Con base en este análisis de las “estrategias femeninas?? parece ser como si tú te posicionaras dentro del “feminismo de la diferencia??. En otros de tus artículos tratas, siguiendo un poco a Derrida, de practicar la deconstrucción de lo femenino y de lo masculino. Dentro de este debate en torno al “feminismo de la diferencia?? o el “feminismo deconstructivista??: ¿Dónde te posicionas tú?

M. B. – Hay un feminismo que está muy conceptualizado por las académicas postcoloniales que le llaman el “feminismo transnacional??. Y este feminismo trata de encontrar qué hay de común en las luchas de mujeres, por ejemplo, en las luchas de las chicanas y en otras luchas. Yo me metí mucho con el “feminismo transnacional?? porque encontré mujeres chicanas en las universidades, pero también mujeres chicanas que trabajaban en la lavandería y que tenían una relación muy importante con el zapatismo. O sea, rápidamente, entraban a hacer alianzas con las indígenas de Chiapas, a hacer alianzas emocionales, y, luego, alianzas de lectura, y, luego, alianzas de viaje, porque ellas viajaban. Entonces, yo pensé: ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué las mujeres chicanas no son indígenas? Son mujeres de campo, rurales, o son mujeres pobres, pero no son indígenas. Aunque tenían una fuerte pasión por el zapatismo, un entendimiento, y una cosa orgánica muy similar. Entonces, a mí me pareció muy interesante ir localizando los puntos de similitud en los diferentes momentos: en Washington, en Chiapas, en Madrid, con las peruanas que viajan a Madrid, las filipinas que trabajan de empleadas en Italia, en Roma, y ahí ver qué tipo de preguntas y qué tipo de estrategias, qué tipo de discursos y qué tipo de reformas se pueden hacer que no es: “proletarios del mundo uníos??. No. Porque los proletarios del mundo ya sabemos que no hay manera de que se unan, pero sí: mujeres del mundo con problemas, con el mercado, con el trabajo, con la salud, con la educación. Y pensando, en lo que sucede en las conferencias internacionales donde se fuerza a los estados, porque ahí está lo transnacional otra vez, ahí está lo “trans??. Adentro de los estados, el feminismo tiene poco juego. Si nosotros salimos a Beijing o salimos a conferencias internacionales, trabajamos allí con las peruanas de Roma, de Madrid, con las filipinas de Roma, empezamos a hacer un trabajo transnacional, y, además, si te fijas, son las mexicanas en Washington, las filipinas en (…). Si empezamos a hacer este trabajo, entonces obligamos a que el Estado firme convenios que luego va tener que hacer legales y constitucionales. Entonces, sí te fijas, Julika, ahí está lo “trans?? otra vez. Entonces, sí es un feminismo de la diferencia, deconstructivista. Por otra parte, a mí me gusta muchísimo la teoría, porque creo que hay que meter mucha teoría para entender el silencio y entender lo que el otro dice, o por lo menos ver los grados de desviación. Pero la parte más política donde tú puedes hacer jugar esa teoría tan compleja –“butleriana??, “derridariana??, y “lacaniana??, y todas estas fórmulas tan exquisitas–, es en los momentos transnacionales. En las lecturas teóricas complejas que hagas de las peruanas acá, de las filipinas allá, de las mexicanas allá. Y en los sectores clásicos: labor/trabajo, salud, representación política y sexualidad.

 

J. S. – Partiendo del análisis de las “estrategias femeninas?? te queremos preguntar acerca de las diferentes posiciones dentro del feminismo. Con base en este análisis de las “estrategias femeninas?? parece ser como si tú te posicionaras dentro del “feminismo de la diferencia??. En otros de tus artículos tratas, siguiendo un poco a Derrida, de practicar la deconstrucción de lo femenino y de lo masculino. Dentro de este debate en torno al “feminismo de la diferencia?? o el “feminismo deconstructivista??: ¿Dónde te posicionas tú?

M. B. – Hay un feminismo que está muy conceptualizado por las académicas postcoloniales que le llaman el “feminismo transnacional??. Y este feminismo trata de encontrar qué hay de común en las luchas de mujeres, por ejemplo, en las luchas de las chicanas y en otras luchas. Yo me metí mucho con el “feminismo transnacional?? porque encontré mujeres chicanas en las universidades, pero también mujeres chicanas que trabajaban en la lavandería y que tenían una relación muy importante con el zapatismo. O sea, rápidamente, entraban a hacer alianzas con las indígenas de Chiapas, a hacer alianzas emocionales, y, luego, alianzas de lectura, y, luego, alianzas de viaje, porque ellas viajaban. Entonces, yo pensé: ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué las mujeres chicanas no son indígenas? Son mujeres de campo, rurales, o son mujeres pobres, pero no son indígenas. Aunque tenían una fuerte pasión por el zapatismo, un entendimiento, y una cosa orgánica muy similar. Entonces, a mí me pareció muy interesante ir localizando los puntos de similitud en los diferentes momentos: en Washington, en Chiapas, en Madrid, con las peruanas que viajan a Madrid, las filipinas que trabajan de empleadas en Italia, en Roma, y ahí ver qué tipo de preguntas y qué tipo de estrategias, qué tipo de discursos y qué tipo de reformas se pueden hacer que no es: “proletarios del mundo uníos??. No. Porque los proletarios del mundo ya sabemos que no hay manera de que se unan, pero sí: mujeres del mundo con problemas, con el mercado, con el trabajo, con la salud, con la educación. Y pensando, en lo que sucede en las conferencias internacionales donde se fuerza a los estados, porque ahí está lo transnacional otra vez, ahí está lo “trans??. Adentro de los estados, el feminismo tiene poco juego. Si nosotros salimos a Beijing o salimos a conferencias internacionales, trabajamos allí con las peruanas de Roma, de Madrid, con las filipinas de Roma, empezamos a hacer un trabajo transnacional, y, además, si te fijas, son las mexicanas en Washington, las filipinas en (…). Si empezamos a hacer este trabajo, entonces obligamos a que el Estado firme convenios que luego va tener que hacer legales y constitucionales. Entonces, sí te fijas, Julika, ahí está lo “trans?? otra vez. Entonces, sí es un feminismo de la diferencia, deconstructivista. Por otra parte, a mí me gusta muchísimo la teoría, porque creo que hay que meter mucha teoría para entender el silencio y entender lo que el otro dice, o por lo menos ver los grados de desviación. Pero la parte más política donde tú puedes hacer jugar esa teoría tan compleja –“butleriana??, “derridariana??, y “lacaniana??, y todas estas fórmulas tan exquisitas–, es en los momentos transnacionales. En las lecturas teóricas complejas que hagas de las peruanas acá, de las filipinas allá, de las mexicanas allá. Y en los sectores clásicos: labor/trabajo, salud, representación política y sexualidad.