Anarquismo
El anarquismo es el nombre genérico dado a las teorías y movimientos que proponen abolir toda forma de dominación del hombre por el hombre, incluso formas legales de coacción, especialmente las estatales, a la vez que promueven formas de convivencia no autoritarias y no jerárquicas. La base de la vida social debe ser la justicia, la igualdad y la fraternidad. Dentro del anarquismo existen distintas corrientes: el anarquismo individualista, el anarquismo colectivista, revolucionario o el anarcocomunismo.
El estudio del anarquismo lo realiza Barrancos cuando renuncia al peronismo, a finales de los años 1970 y comienzos de los años 1980, durante su exilio en Brasil, y comienza a estudiar de forma crítica, influenciada por la lectura del filósofo francés Michel Foucault, tanto el peronismo como el resto de movimientos políticos de la historia argentina. El encuentro con el anarquismo le produce una “expresión libertaria” y le devuelve la certeza del sentido de la democracia para el contexto argentino y la la importancia de la soberanía en la vida social. Barrancos hace una referencia al anarquismo como un movimiento político que rechaza el orden jurídico, al posicionarse contra el estado y contra sus formas institucionales. Otro aspecto de este movimiento es la construcción de un léxico propio, y de una puesta en discurso de temas como la idea central de derecho al cuerpo que defendieron las mujeres anarquistas, temas que eran absolutamente críticos y que estaban obstruidos en la sociedad argentina. Barrancos realiza un enfoque del anarquismo desde la perspectiva de género. Concretamente, ella analiza las luchas de las mujeres anarquistas en su relación con el feminismo. Asimismo, destaca en sus estudios del anarquismo las contradicciones que existen entre la agencia de mujeres anarquistas y las causas feministas de la época. Barrancos presenta esta situación paradójicamente con el concepto de contra-feminismo del feminismo anarquista.
En principio, las mujeres anarquistas no tomaron el concepto de feminismo, pues el feminismo es visto para aquel momento de principios del siglo XX, “[…] como una recolonización, como una tentativa de ocupar el lugar del amo: el único combate saludable es el de la mujer obrera, además, el de mayor aliento.” (en: Barrancos, El contrafeminismo del feminismo anarquista. Anarquismo, educación y costumbres en la Argentina de principios de siglo. Buenos Aires, Contrapunto, Capítulo 6, 1990, págs. 267-294). Las luchas libertarias de las mujeres anarquistas se concetraron en las mujeres trabajadoras como parte del proletariado y en las revoluciones de la esfera íntima. Las mujeres anarquistas se manifiestan para exigir derechos sobre el control del cuerpo, el control de los hijos y la posibilidad de ejercer libremente su sexualidad. Otro punto que abre la investigación sobre anarquismo viene dado en la entrevista, en la cual la entrevistadora establece un enlace entre “feminismo anarquista y esfera íntima” y “aparición pública y socialismo”. Barrancos menciona, primero, que el anarquismo también es público. No obstante, Barrancos señala que efectivamente, el anarquismo promueve una revolución doméstica, una evolución de lo íntimo. (en: Barrancos, Presencia de la mujer en las luchas sociales argentinas de principios de siglo. Aportes para una Argentina plural. Buenos Aires, Archivo General de la Nación, 16 de octubre de 1997, págs. 117-128).
Las mujeres anarquistas con sus exigencias de derechos del cuerpo y sexualidad, llevan a la esfera pública cuestiones que habían quedado relegadas a la vida íntima o privada. Esta idea de publicar lo privado, de politizarlo, en las mujeres anarquistas, es la inversión del señalamiento que Barrancos hace de la tesis de Richard Sennett sobre los hombres burgueses, que por el contrario, privatizan lo público, es decir, el varón burgués, dice Sennett, lleva a la vida doméstica el canon de la vida pública. En otro momento de la entrevista, Barrancos señala puntos que faltan por estudiar dentro del anarquismo. Un caso es la falta de un estudio profundo entre peronismo y anarquismo. No se ha estudiado todavía, dice Barrancos, lo que pasa con las anarquistas en el peronismo. Aquí la autora deja una pregunta abierta.