Democratización
„Un pensar democrático, entonces, no sería solamente aquel que se preocupa por plantear las condiciones en que es posible la igualdad de derechos políticos y civiles del conjunto de todos los ciudadanos, sino también aquel que tiene clara conciencia de que existen desigualdades.“ (Moreno 1991: 150)
El pensamiento democrático al que se refiere Moreno se expresa en la literatura que ella define como “un espacio de democracia por excelencia“, como “un espacio de la libertad”. El espacio de la literatura es democrático, porque refleja las desigualdades en una sociedad. También es un espacio de libertad, ya que en la escritura no hay que someterse a las leyes de la realidad: las leyes físicas, el tiempo, el espacio, sino a la imaginación. Al expresar la diversidad, las particularidades humanas y las experiencias diferentes la escritura se convierte en una experiencia inconmensurable, ya que manifestar esa experiencia y dejar participar a otros en ella es una forma de comunicación humana. Es una forma de comunicación que tiene el papel de enseñar y de poner en duda que nada más existen formas regulares e iguales que explica la importancia de la literatura en el sentido social, político y cultural. Desde luego son las prácticas de leer y escribir que democratizan una sociedad y que, como explica Moreno en la entrevista, abren la posibilidad “de comprensión de los demás mucho más intensas y mucho más fuertes”.
La relación entre mujeres y la literatura demuestra como la literatura abre espacios para declarar derechos y para democratizar la sociedad como se ve en las obras de Simone de Beauvoir, Virginia Woolf y Kate Millet, entre otros. Además son esas autoras que plantearon con sus obras un fundamento para un pensamiento feminista que es una de las expresiones de la democratización.
Referencia:
Moreno, Hortensia (1991): El amor como género literario. En: debate feminista, año 1, vol.1, marzo 1991. p.