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Cuerpo

Tarducci reconoce el concepto del cuerpo como central del feminismo y su historia. Por un lado, la autonomía sobre el cuerpo femenino es una de las principales reivindicaciones del feminismo, por otro lado, las feministas usan sus cuerpos expuestos como forma de protesta, su “cuerpo es el mensaje” (cf. Tarducci 2017a: 17-18). Usar el cuerpo como medida de protesta también significa romper con normas: “Cuando una protesta es expresada a través del cuerpo, especialmente del cuerpo de las mujeres, produce mayor impacto, la mayoría de las veces negativo, porque hay algo del orden de lo “normal” que se ve interrumpido” (ibíd. 18).

Siguiendo la teoría de John Berger, Mónica Tarducci distingue entre desnudez, es decir, cuando se presenta el cuerpo desnudo o sin ropa, y el desnudo: “el desnudo toma al cuerpo como un objeto de mirada y representación” (ibíd. 18). Las maneras en las que ambas acepciones son entendidas pueden ser muy diferentes. Por una parte, juega un papel importante quién expone su cuerpo y de qué manera, y, además, quién lo observa. Por otra parte, esta conceptualización depende “de la relación entre capitalismo, patriarcado, racismo y otros sistemas de opresión” (ibíd. 19), como afirma Tarducci citando a O’Keefe (2014).

Un aspecto dentro del concepto del cuerpo que estudia Tarducci, es la violencia. Los feminismos de los años 80 en Argentina se ocupaban de este tema de formas diferentes. Por ejemplo, discutían sobre el tema “violencia en la vida doméstica” en la Jornada Nacional sobre Mujer y Familia en 1982 y crearon en el mismo año el “Centro de ayuda a mujeres víctimas de violencia dentro y fuera del ambiente familiar, sin distinción de ninguna clase” (Daich y Tarducci 2018b: 85). Después de la muerte de una mujer atacada la cual huyó de su violador desde el cuarto piso, un grupo de feministas formaron el Tribunal de Violencia (cf. ibíd.:85-86). Las integrantes ayudaron prácticamente a mujeres afectadas acompañándolas a las comisarías para realizar denuncias, “ya sea denuncias tanto de violaciones como de maltrato fuera y dentro del hogar” (ibíd.: 86). En utilizar el término de “feminicidio” (cf. ibíd.) identificaron una continuidad de formas de violencia hacia mujeres que termina en asesinar mujeres a causa de su género.

La autora aboga por buscar las causas y relaciones de violencia en vez de analizarlo de forma aislada:

“Si no atendemos a los derechos sociales, económicos y culturales en su totalidad, no estamos atendiendo tampoco al problema de la violencia. Es decir, las desigualdades estructurales de género son las que posibilitan la violencia contra las mujeres y los colectivos de la diversidad sexual, por lo que poco podemos hacer para combatir esta violencia si no podemos garantizar los derechos básicos” (ibíd.: 95).

Con la Colectiva de Antropólogas Feministas, Tarducci participa ya en los inicios de #NiUnaMenos en 2015, que visibilizaron otra vez la temática de violencia contra mujeres y feminicidios (cf. ibíd.: 77).  Por un lado, la nueva movilización logró una masividad porque al lado de feminicidios NiUnaMenos tematiza otros temas feministas (cf. ibíd.: 79). Por otro lado, Tarducci crítica “que no se situaba como una continuidad de luchas feministas anteriores” (ibíd.: 84).

Fuentes:

Tarducci, M. con Deborah Daich 2018b. “De feminismos y violencias. Recuperar la historicidad de las luchas para enfrentar nuevos desafíos”. En Mujeres y feminismos en movimiento. Politizaciones de la vida cotidiana. Buenos Aires, Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.

Tarducci, M. 2017a. “"Poner el cuerpo" en las calles: los enfrentamientos de las activistas feministas y los grupos anti-derechos”. Cadernos Pagu (50).

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