Lo trans
En lo trans Belausteguigoitia reconoce un nuevo campo epistemológico. Para la autora lo trans es la palabra importante que hay que entender. Lo trans no es un inter (entre territorios), sino un “más allá de”. Con lo trans se genera otro territorio. No se pasa una frontera sino que se transgrede. Una frontera se la cruza o atraviesa, se la penetra, tal vez se la transforma, o se la supera. Los contenidos de esos espacios, de esos cuerpos que se atraviesan quedan transgredidos, afectados. Lo trans aplaza o desplaza. Al decir lo trans se cambia la perspectiva del sujeto y su relación con el objeto. Lo trans genera un campo de existencia de algo complejo.
Lo trans tiene que ver con la posibilidad de penetrar los límites y transformar los contenidos de estos límites, de poder llegar a superar binarios y opuestos que dicen que se es hombre o se es mujer, que se es de género masculino o femenino. A través de lo trans se puede superar lo localizado, fijo o contenido, desintegrado “pollution”, mezclando, adulterando o contaminando los contenidos y límites creados por las disciplinas. En este proceso de superar los límites y los contenidos de esos límites, se crea lo transdisciplinario, o la transmodernidad, lo transexual, lo transgender, lo transnacional o, por ejemplo, el feminismo transnacional.
Con respecto a la modernidad, la autora se refiere a una modernidad que para ella ha fracasado, precisamente por no haber podido entender lo trans (ni lo transnacional, ni lo transexual, ni lo transgender). Cuando la autora se refiere a la modernidad establece dos vías para poder abordarla en la actualidad, la que planteó Habermas (modernidad inconclusa), o la de la posmodernidad. Sin embargo, a raíz de una de las preguntas de la entrevista que plantea la posibilidad de pensar un tipo de modernidad que le permita a las mujeres indígenas superar las estructuras patriarcales sin hacerse traidoras frente a su cultura y tradiciones, la autora no toma ni la modernidad inconclusa, ni la posmodernidad, sino que toma una vía adicional, la de la transmodernidad.
Con el término de "transmodernidad" la autora propone un territorio en el que pueda superarse las identidades binarias y opuestas de raza o de género creadas por el paradigma nacional. Piensa entonces en un tipo de modernidad que pueda acoger otros sujetos y nuevos conocimientos creados a partir de esas nuevas subjetividades. Las chicanas son un ejemplo de translingüismo, transexualismo o transnacionalismo. Las chicanas son trans-todo. Ellas logran hacer estas inversiones que vienen junto con inversiones sexuales, con inversiones de la lengua, con inversiones de la nación.