Consideramos que los individuos, los grupos, las instituciones y otras entidades que participan en las prácticas y visiones colectivas del futuro, incluido el Estado, son los protagonistas del futuro. Los expertos en el futuro surgen en todas las sociedades humanas de todos los tiempos como videntes, profetas, pronosticadores, visionarios, think tanks e innovadores técnicos o políticos. Actúan a nivel local, regional, nacional y, hoy en día, incluso en contextos transregionales y supranacionales. Los protagonistas del futuro se sitúan frecuentemente en esta posición, al igual que los revolucionarios o los autores de escritos visionarios, pero también pueden ser elegidos involuntariamente, como fue el caso del surgimiento de ‘la juventud’ como categoría social en América Latina durante el siglo XIX.

Cuando tienen éxito, los protagonistas pueden convertirse en “autoridades sobre el futuro”, pero también pueden fracasar en la difusión de sus visiones a través de sectores más amplios de la sociedad, o perder terreno con el paso del tiempo. La Iglesia Católica, por ejemplo, que durante mucho tiempo fue una de las principales protagonistas de las visiones futuras en América Latina, se ha convertido en apenas una de las muchas instituciones que se dedican a actividades generadoras de sentido (Sinnstiftung). ¿Qué actores participan activamente en la formulación y configuración de las aspiraciones y anticipaciones dentro de las sociedades, y qué conflictos surgen de sus diferentes puntos de vista? ¿Qué constelaciones de actores protagonistas surgen?, ¿qué tipo de instrumentos/mecanismos crean para anticiparse a las realidades futuras? y ¿qué riesgos e incertidumbres tienen en cuenta?

Cuando los africanos fueron forzados mediante la trata transatlántica de esclavos a entrar en las nuevas plantaciones de azúcar del Caribe y Brasil, trajeron consigo su propia comprensión de las temporalidades del Nuevo Mundo. La esclavitud les negó cualquier futuro independiente a los protagonistas africanos, o les ofreció solo una liberación paso a paso si lograban pagar por su propio rescate, como en el sistema de coartación en Cuba, por ejemplo. En su estudio clásico sobre los sistemas de manumisión en las minas de oro y los hogares impulsados por la esclavitud en Minas Gerais (Brasil), Laura Souza ha señalado las diversas temporalidades resultantes que afectaron tanto a los esclavos como a los propietarios de esclavos.

En cuanto a la capacidad de acción de las mujeres, el Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (EFLAC) ha estado articulando visiones del futuro de las mujeres en toda América Latina. Las diferentes etapas del pensamiento feminista entre quienes tienen formación académica, por un lado, y las mujeres de las zonas rurales, barrios de emergencia o regiones de conflicto armado, por el otro, dieron lugar a diferentes temporalidades del futuro, tal como se evidencia en en que se hayan percibido las agendas propuestas como “retrógradas” o “imprudentes”, respectivamente. Las comisiones de la verdad implementadas en varios países de América Latina reevalúan el pasado en el presente con el objetivo de formar un nuevo futuro para su país. Hoy en día, existen “Centros de Investigación del Futuro” en muchos estados latinoamericanos, que configuran una red de pensadores académicos y no académicos y “futuristas” entregados a desarrollar perspectivas y estrategias para la mejora de la economía y la sociedad, a menudo en estrecha cooperación con colegas de otras regiones del mundo.

En el contexto latinoamericano, marcado por graves y frecuentes crisis económicas, tanto los actores privados como los públicos han desarrollado una serie de estrategias de anticipación para hacer frente a la volatilidad de los mercados, los riesgos financieros y las incertidumbres. Tradicionalmente, un Estado fuerte era considerado como la solución a la inestabilidad del mercado y al estancamiento económico. Este escepticismo de mercado sigue vivo entre los representantes del “nuevo desarrollismo” y los pensadores neoestructuralistas. En contraste, los autores neoclásicos han visto al Estado como una fuente principal de incertidumbre que obstaculiza la actividad empresarial a través de la alta inflación, el intervencionismo políticamente motivado y las actividades de búsqueda de rentas.