OBRA DE ARTE
B.S.: No me cabe la menor duda de que puede haber arte de todas esas categorías y de hecho ya lo hay, porque si yo pienso en un videasta como Bill Viola, estoy ante una obra de un enorme refinamiento formal y de una enorme estilización, algo que no es cine radicalmente, una imagen producida de diferente modo, no simplemente en un sentido técnico, sino porque la imagen en vídeo emerge y se constituye en imagen y se destruye como imagen de modo diferente que en el cine; en un vídeo de Bill Viola lo fundamental es el momento de emergencia, constitución y desaparición de la imagen, no el momento de captación, de fijación de la imagen, eso es el cine, el momento en que la imagen se cuaja; en Viola lo que se hace es ver cómo la imagen es producida y cómo se destruye. Por otra parte, todo el videoarte establece una relación diferente entre sonido e imagen que no es la relación clásicamente diegética entre sonido e imagen cinematográfica y, por último, tiene otro espacio de disfrute y de distribución: el videoarte pertenece al museo, a ciertos espacios, la galería especializada, y el cine pertenece ya hoy decididamente al mercado; el videoarte está como sustraído en ese punto del mercado. El videoarte incorpora la producción y esa imagen producida y deconstruída frente a los ojos mismos del espectador le incorpora otras formas de representación y otras formas estéticas, es decir, la performance, la unión de performance y de música, la unión de música, performance y vídeo es prácticamente un clásico de la cultura contemporánea. Gary Hill, alguien que trabaja en ese sentido: él mismo poniéndose físicamente en escena mientras se proyectan sus videos y mientras va haciendo como una especie de documental del público que está viendo la proyección de esos videos. No me cabe ninguna duda de que esos son caminos de experimentación absolutamente interesantes y yo diría de una enorme legitimidad estética. Pasandra Kohut hizo experiencias verdaderamente interesantes de arte en la red; ahí hay un punto a investigar y es muy interesante, me parece, que lo que es más atractivo del asunto es que hacer vídeo es mucho más barato y por tanto es probable que permanezca un tiempo más libre de la incursión en el mercado capitalista. Quizás esté igualmente preso del mundo de las fundaciones que financian vídeo y las mandan a los museos, está igualmente preso de eso, pero por lo menos se está libre de esta absorción tan brutal del mercado capitalista que hizo de la pop music, que hizo el jazz, etc.