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TALLER DE BEATRIZ SARLO

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T.L.: Taller de Beatriz Sarlo: en el capítulo El taller de la escritura, de tu libro Siete ensayos sobre Benjamin tú analizas la forma en que Benjamin trabaja. ¿Podría ser que allí también se encuentren las pistas que permitan ver como trabajas tú en tu taller?

B.S.: No, no. Yo creo que Benjamin trabajaba de una forma completamente excepcional: una especie de tela de araña que él iba armando con sus citas, de tela de araña excéntrica, porque las telas de araña tienen un centro. Esa especie de tela de araña excéntrica o el movimiento de los Konvolut, del Libro de los Pasajes, creo que es absolutamente idiosincrásico y creo que es parte del interés estético que produce ver a Benjamin produciendo.

Yo creo que el grán deslumbramiento del Libro de los Pasajes - vale la pena repetirlo - es que nos da como una imagen fugitiva, como una imagen de cómo era ese hombre produciendo, de cuáles eran sus estrategias, de cómo copiaba y volvía a copiar, y volvía a copiar sus propias citas, y volvía a meter parte del exposé dentro del Libro de los Pasajes, y volvía a canibalizar lo que había dicho, es decir, ese movimiento de tejido intertextual con textos propios y ajenos que arma Benjamin y ese tipo de erudición de biblioteca que va armando en la Biblioteca Nacional de Francia: creo que es completamente idiosincrásico, no es parte de mi taller.

Mi taller es en principio mucho más limitado: yo trabajo básicamente sobre Argentina. Cuando escribo algo que no es sobre Argentina, es verdaderamente excepcional. Soy extremadamente folclórica y patéticamente local, por tanto, mi taller es mucho más limitado. En segundo lugar, en mi taller están los escritores que mencionábamos antes: Williams, Hoggart, Benjamin, Roland Barthes, y esos son como las piezas en las cuales yo reconozco mi espacio, las piezas que arman mi espacio. En tercer lugar, trabajo rápido y eso hace un tipo de taller: yo soy una trabajadora rápida; mi relación es una relación muy pulsional con la escritura; no es que no corrija, corrijo mucho, pero todas las correcciones transcurren en un tiempo muy acotado, muy concentrado. Tiendo a aburrirme rápidamente si ese trabajo no es rápido, y eso le da al taller una especie de temporalidad y de vibración, lo mismo me pasa cuando hablo: tiendo a aburrirme si hablo demasiado tiempo, tiendo a aburrirme de lo mismo que estoy diciendo si hablo demasiado tiempo, por tanto, en el caso de mi taller yo sería completamente incapaz de pasar quince años con un mismo libro.

Posiblemente haya pasado toda mi vida con un mismo libro, es decir, que todo lo que haya escrito vaya a un mismo libro, pero sería incapaz de pasarme quince años con un mismo objeto libro, es decir, la idea de poder variar, de poder salir, la idea de tener dos o tres cosas entre manos es muy importante para mí, o sea, que es un taller en principio local, folclóricamente local, en segundo lugar, mucho más despoblado, con pocas cosas - mi biblioteca es muy chica - y en tercer lugar, la idea de un tiempo rápido de trabajo es la idea que más me impulsa, que más me fascina.

T.L.: ¿Qué importancia tiene para ti Deleuze en relación con esa tenue red de la que tu hablabas?

B.S.: Algunos libros de Deleuze son sumamente importantes y han sido elegidos o llegaron a mí al azar, no en lecturas sistemáticas - Deleuze odiaría que su obra fuera leída sistemáticamente. Todos sus ensayos sobre literatura menor, sobre Proust y sobre Kafka a mí me dieron una clave incluso para entender la literatura de Borges como un escritor menor escribiendo dentro de la lengua mayor. Me parece fundamental todo lo que Deleuze dice en ese punto sobre Kafka para poder a pensar Borges.

Muchas de las percepciones que él tiene sobre el cine - yo creo que Deleuze ha escrito una de las grandes estéticas del siglo XX, la única estética posible todavía de escribir en el siglo XX que es la estética que él hizo del cine - algunos capítulos de Lógica del sentido-, toda la teoría del pliegue y su teoría del barroco, que también me ha permitido pensar ciertas zonas de la poesía contemporánea en la lógica de ese pliegue son las cuestiones que básicamente a mí me ocupan de Deleuze.