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INVESTIGACIÓN LATINOAMERICANA Y MODERNIDAD

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Urgencia de la Investigación sobre América Latina como sujeto complejo de la combinación de distintos estratos de la modernidad

Es importante crear conceptos, aproximaciones metodológicas, visiones de la historia de la modernidad en las que se afirme la peculiaridad de nuestra historia y la posibilidad de nuestro proyecto histórico.

Yo considero de suma importancia insistir en el descubrimiento de en que medida y en que forma somos modernos, en que forma no somos como por lo general se plantea en estos estudios culturales regiones culturales que se "salvaron" (así, entre comillas) de la devastación moderna, sino que por el contrario, hemos venido siendo sujetos activos de la modernidad al menos desde el siglo XVI. Nuestra historia moderna es una historia muy larga y muy compleja, en muchos sentidos más larga y compleja que aquella de los estados que se reconocen actualmente como paradigmas de la modernidad.

La historia de la modernización de la América Latina es tan larga, que en ella podemos encontrar por lo menos cuatro shocks de modernización diferentes. Cuatro shocks que han decantado como cuatro distintos estratos, pisos o niveles de modernidad que coexisten e interactúan en su modernidad actual y que otorgan a su vida social una complejidad muy grande. Pienso, en efecto, que entre nosotros existe un estrato de modernidad muy inicial, muy primaria, que es la modernidad barroca de los siglos XVII y XVIII, que junto a ella y trabajando sobre ella, hay una segunda modernidad que corresponde a un segundo shock de modernización, el de la época de las luces, de la modernidad ilustrada, de los borbones en España, a partir del segundo o tercer decenio del siglo XVIII; que, sobre estas dos y la combinación de ambas, interviene a su vez un tercer estrato de modernidad que altera y complica más aún a la modernidad heredada de la "Colonia", el estrato sedimentado en el shock modernizador que se inició en la época de la independencia en el siglo XIX, de la construcción de las sociedades nacionales latinoamericanas, con sus variados intentos de construcción de estados con economías autocentradas; shock que se continuó intermitentemente hasta mediados del siglo XX, y que fue seguida, en los últimos decenios del siglo XX, por el último golpe modernizador, que es el de la modernización globalizadora. Nuestra historia moderna es entonces una historia muy compleja; una complejidad que se hace manifiesta en la riqueza de la constitución de sus comportamientos sociales y culturales.

América Latina es unitaria, pero al mismo tiempo es muy diferente y estas diferencias no se deben tanto a las distintas historias de los estados nacionales o a las determinaciones provenientes de la diferente composición étnica de los distintos pueblos unos son negros, otros son indios, etcétera- cuanto a la distinta combinación en cada caso de los distintos estratos de modernidad que coexisten en ella y se combinan los unos con los otros. Por eso creo yo que una investigación sobre la modernidad y sobre las distintas maneras de ser moderno que hay en general en ella, sobre la historia en la que estas distintas maneras de ser moderno han aparecido, han desaparecido, se han sustituído, combinado, etcétera, a lo largo de la historia latinoamericana, nos puede enseñar mucho más sobre nosotros mismos que esas aproximaciones a nuestras realidades como un estado de cosas especialmente simpático, podríamos decir, en el sentido de los estudios culturales.