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LENGUAJES IMIGRANTES

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LÁGRIMAS
En un artículo sobre Juan Gelman que publicó en la revista Fractal en el número 19 de octubre a diciembre del año 2000, dices que en el leguaje de la infancia del poeta se entrecruzan varios lenguajes: los lenguajes inmigrantes, el lenguaje coloquial, la libre traducción, etc. ¿Dirías que en tu obra también hay una presencia de lenguajes inmigrantes?

Yo creo que sí, que más o menos lo hemos hablado ya. Ese texto está muy permeado de la lectura de Gelman que le acababan de dar el Premio Juan Rulfo, y lo leí con mucho cuidado para presentar el... yo hice el discurso de la entrega del premio. Está muy permeado también de la lectura de Giorgio Agamben, del libro Infancia y destino (el libro se llama: Infancia e historia). No me acuerdo si se llama Infancia y destino, pero uno de los primeros libros de Giorgio Agamben, antes de que se dedicara a trabajar el problema de la Shoa, que el odia llamarla así. No sé si es Estancias o Infancia y destino, una cosa así. Alguna de las categorías, bueno, de esas definiciones, vienen de Agamben.

En ese mismo artículo sobre Gelman cita usted lo que el poeta afirma acerca de la relación de la lengua materna y la poesía. Él dice que sólo en la lengua materna se puede decir la verdad. En una legua extranjera el poeta miente. Si recordamos la experiencia de sus padres en la migración y el hecho de que ellos hablaban entre sí una lengua distinta a la que los rodeaba en el medio en el que vivían, yo me pregunto: ¿Qué relación tenían su madre - y su padre como escritor - con la lengua del país que los había acogido y con las lenguas que ellos hablaban como el ruso y el yiddish, y qué fue lo que de estas lenguas se transmitió a sus hijas? En otras palabras: ¿Cuál fue su lengua materna?

Sí, ahí está el problema, mi lengua materna es el español, que no es la lengua materna de mis padres. Ahí hay una cosa que es curiosa, porque mis padres no me transmitieron su lengua. Yo no aprendí yiddish aunque mi padre era un poeta en yiddish, y no aprendí ruso aunque mi madre, su primera lengua, fue el ruso. Es una cosa curiosa. Ahora lo que dice Gelman, es lo que dice Gelman, y yo creo que hay muchas gentes que han escrito en lenguas extrangeras: está Ionesko, está Beckett, está Damoffe. Es decir, la generación del absurdo, del teatro del absurdo, va a ser toda una generación de gente que hablaba lenguajes distintos y que se aclimató a otro lenguaje. El caso por ejemplo de Celan, que escibió en alemán, que era su lengua materna pero era la lengua del asesinato de sus padres, que había asesinado a sus padres; bueno no la lengua, la lengua no asesinó a nadie pero... bueno, no sé, sería para discutir, pero que había sido asesinado por alemanes y que sin embargo él no pudo prescindir de la lengua meterna que su madre le enseñó con tanto orgullo. Lo mismo le pasa a Canetti, que la madre le enseña el alemán con un tesón y una violencia casi, y él se expresa en alemán aunque hubiera podido expresarse Cannetti en búlgaro y Celan en rumano como Mijail Sebastian que se expresa en rumano. O Bruno Schulz que se expresa en polaco, que es su lengua materna, pero hay muchos que se expresan en otra lengua, y que eligen una lengua distinta a la suya y no mienten. Yo no creo que Beckett mienta, Beckett necesitó traducirse al francés, porque necesitaba, para el tipo de escritura que el hacía, otro tipo de estructura lingüística, y que fuera en alguna medida un poco distante y extraña para él, para poder escribir lo que él necesitaba escribir, que tenía ese elemento de distancia y de extrañeza. Entonces yo creo que lo que dice Gelman está muy bien para Gelman. En mi caso, mi lengua materna no es la de mis padres, mi lengua materna es la de mi país, que es México.