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AGROPEUCARIO, SECTOR

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ACELERACIÓN 
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la producción agraria fue el principal promotor del proceso de acumulación capitalista en la Argentina. ¿Nos podrías explicar en pocas palabras cuáles son las peculiaridades de ese proceso y qué importancia tienen hoy en día estos estudios sobre el sector agropecuario?

Me preguntás que lo diga en pocas palabras, va a ser difícil, pero bueno, voy a intentarlo. Efectivamente, el sector agrario fue el motor del crecimiento económico de la acumulación capitalista y de lo que se llama la expansión hacia afuera. Esto es la construcción del modelo agro exportador en la segunda mitad del siglo XIX. Yo diría que las características centrales de ese proceso hacia mediados del siglo XIX fueron, primero, una apropiación impuesta en producción de tierras en la región que fue y sigue siendo la región más rica desde el punto de vista natural (la más fértil) del territorio argentino que es la Pampa Húmeda, empezando por la provincia de Buenos Aires y luego extendiéndose hacia los tres puntos cardinales, digamos, que quedan libres hacia el norte, hacia el oeste y hacia el sur. Esta apropiación impuesta en uso de tierras es un primer fenómeno. El segundo fenómeno es que esa apropiación de tierras se hizo a partir de una definición de la propiedad de la tierra como propiedad privada, es decir, apropiada por - en ese momento individuos, todavía no compañías - empresarios, estancieros luego llamados -, que estaban encargados de crear la empresa agropecuaria. En tercer lugar, esa empresa agropecuaria se apoyó sobre el uso intensivo de la tierra, pero en cambio en un uso del capital y del trabajo en una forma mucho más medida y controlada. Por lo tanto, desde el punto de vista de lo que fue la empresa agropecuaria, fue una empresa que combinó estos tres puntos de producción usando mucha tierra, relativamente poco capital y mano de obra en una forma muy flexible que combinaba trabajo asalariado en distintas formas de tenencia compartida y de aparcería para maximizar de alguna manera el uso de esa mano de obra y minimizar los riesgos. Esto respecto a cómo se orienta la producción. Con respecto a qué se hace con esa producción, esa fue una producción que desde el comienzo fue para el mercado europeo, a diferencia de lo había sido la primera expansión agropecuaria basada en la producción de cueros y de tasajo que tenía otros mercados secundarios. El primer producto de exportación fuerte argentino fue la lana. El periodo de más o menos 1850 (y tantos) hasta 1890 (y tantos), o sea la segunda mitad del siglo XIX, fue básicamente de exportación de lana, y eso se hizo en los mercados europeos; un poco en el mercado norteamericano, pero básicamente en el mercado francés, alemán, belga, no el inglés como la gente cree. Y, después, hubo una transformación, y esto es otra característica importante del sector agropecuario: una muy rápida capacidad de adaptación a los cambios que el mercado indicaba, a los cambios de la demanda, y por lo tanto un cambio, después de la década del 90, hacia una producción combinada que es lo que más se conoce de cereales y carne vacuna, que establece un modelo de producción mixto bastante original y muy productivo. Quiere decir, que da muy buenos resultados desde el punto de vista tanto del crecimiento parejo de la producción tanto agrícola como ganadera, como también de la respuesta que se puede dar frente a los cambios en las demandas de los mercados. Este modelo mixto permitió una gran flexibilidad en el manejo de las empresas agrarias para los estancieros, pero también del comercio exterior. De manera tal que se alternaba exportación de cereales y exportación de carne de acuerdo a cómo estaba el mercado internacional. Este es el modelo básico. Ahora esto tuvo, desde el punto de vista interno, consecuencias, por ejemplo en cuanto a la asentación de la población y al uso de la mano de obra agrícola, porque debido al tipo de modelo, si bien las unidades de producción iban desde estancias muy grandes hasta unidades de producción bastante más pequeñas, digamos de 200/300 hectáreas, estas unidades pequeñas en general estaban en manos de arrendatarios pero de todas maneras en una producción que para lo que son los estándares europeos son extensiones grandes, o sea 200 hectáreas en europa es mucho, en Argentina era en esa época una unidad mínima para tener una unidad de producción más o menos rentable. De manera tal que no hubo en esa región población asentada, población campesina a partir de la segunda mitad. Hubo pequeños productores agrarios de distintos tipos, un abanico muy grande de productores pequeños, medianos y grandes, pero no hubo lo que fue muy característico en nuestras sociedades latinoamericanas: una población campesina estable. Y, al mismo tiempo, el modelo daba para una enorme migración temporaria de mano de obra, de manera que los que trabajaban en el campo eran trabajadores estacionales que iban y venían de la ciudad, lo que creó también características bastante especiales respecto a lo que después fue el movimiento obrero urbano en ese período. Ese modelo marcó para muchos años a la Argentina, pero que lo que pasa ahora es bastante diferente.

¿Qué importancia tienen hoy en día esos estudios sobre el sector agropecuario?

¿En el siglo XIX?

Sí.

Bueno, esto es importante porque hay un debate bastante fuerte entre los historiadores, sobre todo para la primera mitad del siglo XIX, aunque también se extienden a la segunda. Hay un debate que apunta a mostrar la diversidad de la producción agropecuaria en el campo y a desmentir la idea más tradicional de un campo exclusivamente ganadero y exclusivamente en manos de grandes propietarios y de mano de obra trashumante que serían los gauchos. Entonces ahora hay una cantidad enorme de trabajos que muestran que en realidad en toda la primera mitad del siglo XIX hubo muchísimos pequeños propietarios y que hubo un desarrollo de la agricultura que de alguna manera compartía el espacio agrario con la ganadería. Para la segunda mitad del XIX, digamos en los trabajos que yo había hecho sobre ovino, también había encontrado que había productores pequeños que yo llamaba "farmers" - usando la palabra inglesa porque era la palabra que se usaba en ese momento -, ovejeros o pequeños productores agrarios, de manera tal que el cuadro de la producción agraria está lejos de ser la dicotomía entre estanciero, pequeño arrendatario, mano de obra libre que circula y estacional, no? Que es mucho más complejo el panorama social. De todas maneras, yo creo que a veces hay que distinguir entre lo que es el panorama social del campo, que es mucho más heterogéneo, donde uno puede encontrar todas estas figuras, pequeño propietario... algunos hasta dicen campesinos - yo no la aplicaría en este caso, pero bueno, podemos decir campesino, no importa. Hay una gran variedad de actores sociales en el campo que rompen con el esquema gaucho - estanciero, pero al mismo tiempo creo que hay que distinguir eso de lo que sería la dirección del proceso de acumulación de capital en forma más estructural. Entonces, yo digo, la agricultura fue importante en la primera mitad del siglo, pero el sector que acumuló más fuertemente fue el sector ganadero - en esa primera mitad del siglo. Y, de alguna manera, las principales características del modelo agrario no fueron determinadas por estos sectores pequeños, sino por la orientación del los grandes empresarios. Entonces, creo que hay que distinguir entre una historia social compleja y una historia más estructural que mide cuáles fueron las principales directrices del proceso de acumulación y quiénes, en ese marco, fueron los actores más importantes. Y no puedo poner en la misma escala, en ese nivel, a un productor que cultiva maíz en su patio de atrás, con un estanciero que controla 10,000 hectáreas. Aunque desde el punto de vista social, insisto, es muy importante atender a todo el panorama.